Dentro de los lugares preferidos por los Turistas de Lima para los «full days» de fin de semana, está la visita al Castillo de Chancay; cuando te animes a irlo a visitar podrás, encontrar muchas empresas de Transporte Turístico que te lleven a este destino; si gustas «arma tu grupo» y Dagia Movil podrá llevarte a conocerlo, y no sólo el Castillo, sino también la ciudad de Huaral; además, si gustas y deseas incluirlo dentro del itinerario de viaje, te llevaremos a comer un rico chancho al palo con su carapulcra , ó los típicos «chicharrones» de Huaral.
El Castillo es una buena demostración de la bella arquitectura inspirada en el amor y el romanticismo; esta pieza de arte y majestuosidad ubicada a muy pocas horas de Lima en la provincia de Huaral y para ser más exactos en la ciudad de Chancay, cuenta con una extensión de 2200 metros, 10 salones, 250 habitaciones y 4 torreones que hacen de este un mágico lugar querido por los turistas y sobre todo: por los enamorados.
El Castillo de Chancay empezó a construirse en el año 1922 , a orillas del océano pacífico a poca distancia del navío chileno La Covadonga, nave que participó en la guerra con Chile y que fue hundida frente a la costa peruana de Chancay en el año de 1880; esta obra arquitectónica fue construida por iniciativa de la bisnieta del virrey del Perú Manuel Amat, la Señora Consuelo Amat y León.
Consuelo Amat y León fue esposa del tres veces alcalde de Chancay Rómulo Boggio Klauer; los orígenes de esta construcción se evidencian por la clara influencia de Consuelo Amat que a su paso por Europa tenía la idea de crear este recinto conjuntamente con el arquitecto León Rolando en memoria de su esposo fallecido. El Castillo se convierte en un homenaje al hombre que tanto amo en vida y que el hacerlo junto al acantilado, haría que al ver el mar, podría recordarlo; la obra se comenzó a realizar en el año de 1925 y se terminó diez años después con el objetivo que ella pueda habitarlo con toda su familia.
Consuelo Amat habito el castillo hasta el año 1955; mudándose luego a vivir en Lima, deja en abandono el Castillo por 30 años, siendo recuperado años después, por uno de sus nietos, el señor Juan Barreto, quien restauró el Castillo y lo convirtió en un lugar de hospedaje y recreación; en la actualidad podremos encontrar en él, algunos de los pocos objetos encontrados ya que en esos largos 30 años de abandono muchas personas llegaron a entrar y hurtar objetos que se encontraban dentro.
Los turistas pueden pasear por el Castillo conociendo su historia y deleitándose con la belleza arquitectónica del tipo medieval.
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